El valor añadido de un viaje es el encuentro. El viaje por la Sicilia occidental fue entusiasmante y Corleone y el interior siciliano son inolvidables. Pero, precisamente en Corleone, el encuentro con Bia fue el valor añadido. Claro, la casa estaba perfecta; la habitación y el desayuno eran excelentes y la vista desde el balcón era preciosa. Pero fue Bia quien fue el valor añadido. Su cortesía, su disponibilidad y su familiaridad amistosa. Con ella nos sentimos como en casa de una amiga.